Siempre se nos plantea la necesidad de evocar el aprendizaje significativo de los alumnos aplicando diversas estrategias, por ello contamos con el interrogatorio didáctico para suscitar aprendizajes previos, la exposición del docente con una clara ejemplificación y uso de comparaciones para que los nuevos conocimientos sea más claros. Con el gran aluvión de nuevas tecnologías y aplicaciones, accesible a un gran porcentaje de la sociedad, es necesario reconfigurar el escenario en el cual nosotros (docentes) queremos facilitar el “famoso” aprendizaje significativo. Tenemos un nuevo aliado, es necesario que lo conozcamos. El aula como único espacio en el que el alumno aprende quedó obsoleto, al igual que la figura del docente como la fuente del conocimiento absoluto. Hoy en día, los alumnos cuentan con millones de otras fuentes de información, nuestro nuevo rol es encausar su curiosidad y transformarnos en su guía. Para ello, la enseñanza debe ser más flexible y adaptada a los n...